En el año 2020, el ganador de las elecciones presidenciales entre el Demócrata Joe Biden y el Republicano Donald Trump no se conoció hasta el 7 de noviembre, casi cuatro días enteros después del Election Day. Los retrasos se debieron a una serie de factores, como los estrechos márgenes entre los candidatos y la forma descentralizada en que se organizan las elecciones en EE.UU. en la que los estados tienen normas diferentes sobre cómo y cuándo se cuentan los votos por correo.

Este año, frente a un panorama político reñido y hasta siete estados dentro de los llamados battlegound states, los analistas anticipan que se pueda repetir el patrón. Como el experto en política económica Andrew Hall le comentó a la revista Time en un reportaje reciente: "mientras más cerrada esté la elección, menos probable será que conozcamos quién gane en la noche electoral".

El mismo reportaje explica que en los siete estados clave, las diferentes leyes significan que algunos verán los resultados llegar más rápido que otros. Michigan, Georgia y Carolina del Norte tienen leyes de preprocesamiento que ayudan a acelerar el conteo de votos mientras que Arizona y Nevada podrían estar entre los últimos en ofrecer una imagen clara del resultado, especialmente si la contienda es reñida ya que la mayoría de los votantes en Arizona y Nevada votan por correo.

En otros swing state, como Pensilvania y Wisconsin, el procesamiento no comienza hasta el Día de las Elecciones, lo que puede causar demoras en una contienda ajustada. Por lo tanto, es muy poco probable que el 5 de noviembre de 2024 vayamos a dormir sabiendo quién será la próxima persona en ocupar la presidencia de los Estados Unidos.

Ahora, una vez que se sepa el resultado, ¿cómo será comunicado a la población? Pues a diferencia de muchos países, en lugar de esperar el proceso oficial, son los medios de comunicación los que desempeñan el papel al proyectar los resultados a través de análisis de datos y encuestas en boca de urna.

La agencia de noticias Associated Press (AP) y cadenas de televisión como ABC, CBS, NBC y CNN, entre otras, utilizan datos de encuestas y resultados preliminares para estimar al ganador cuando creen que ya no hay posibilidad de que el candidato en segundo lugar remonte. Este proceso tiene una larga historia: AP comenzó a proyectar ganadores desde 1848, y a partir de la década de 1960, junto con las principales cadenas, estableció un sistema conjunto de conteo de votos.

Para evitar errores como los ocurridos en el año 2000 con el estado de Florida, los medios han desarrollado sistemas muy avanzados, incorporando tanto encuestas de salida como análisis de votantes anticipados. La AP, por ejemplo, lanzó AP VoteCast en 2016, una encuesta nacional que brinda un perfil detallado del electorado, tanto de quienes votan el día de la elección como de quienes emiten su voto de forma anticipada, tal como explica Los Angeles Times.

La incertidumbre puede alargarse en estados donde la tabulación es lenta, como California, mientras que otros podrían concluir sus cuentas rápidamente, como New Hampshire. En todo caso, los medios seguirán dando actualizaciones para proporcionar a la ciudadanía una visión lo más clara y oportuna posible del proceso.

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