La industria del reggaetón podría enfrentar una transformación radical debido a una demanda legal que ha sacudido los cimientos del género. En el corazón de esta controversia está el icónico beat del Dem Bow, una base rítmica que ha sido fundamental para miles de canciones desde los años 90.

Sin embargo, los creadores del Dem Bow, los productores jamaiquinos Steely & Clevie, han presentado una demanda alegando que su creación ha sido utilizada sin permiso en más de 1,800 canciones de reggaetón.

El juicio, que ha sido autorizado para proceder por un juez federal de Estados Unidos, tiene el potencial de redefinir qué elementos musicales pueden ser protegidos por derechos de autor. Aunque generalmente los ritmos básicos no son considerados suficientemente originales como para ser protegidos, los demandantes argumentan que la estructura rítmica del Dem Bow es única y merece protección legal. Esta decisión podría establecer un precedente que impacte no solo al reggaetón, sino a otros géneros musicales que dependen en gran medida de patrones rítmicos similares.

¿Quiénes han sido afectados por la demanda anti reggaetón?

Entre los artistas señalados en la demanda se encuentran figuras destacadas como Daddy Yankee, Bad Bunny, y Luis Fonsi, cuyas canciones han dominado las listas de éxitos globales en la última década. Si el fallo favorece a los demandantes, las repercusiones financieras y creativas para estos artistas y la industria en general podrían ser enormes.

El caso ha generado un intenso debate en la comunidad musical. Mientras algunos expertos ven esta demanda como una oportunidad para finalmente dar crédito a los creadores originales de ritmos fundamentales en la música, otros advierten que un fallo a favor podría sofocar la creatividad y limitar la evolución del reggaetón y otros géneros relacionados.

A medida que el juicio avanza, la industria de la música latina se encuentra en una encrucijada, observando de cerca las posibles consecuencias que podrían definir el futuro de uno de los géneros más influyentes del mundo.

Esta situación no solo pone en riesgo el legado de artistas actuales, sino que también plantea preguntas sobre la naturaleza del arte y la innovación en la música moderna. El resultado de este juicio podría ser un punto de inflexión en cómo se entiende y protege la creatividad en la industria musical.