El icónico Festival de Música y Artes del Valle de Coachella está nuevamente en dificultades. en los preparativos para su edición 2025.

El evento, programado para los fines de semana del 11 al 13 y del 18 al 20 de abril, en el Empire Polo Club de Indio, California, debe llenar un cartel de más de 50 artistas y, por encima de todo, conseguir uno o dos de gran atractivo mundial, para atraer a las miles de personas que se necesitan para hacerlo rentable.

Según un reporte de Bloomberg, los organizadores del Festival están encontrando dificultades para hacer estas contrataciones. Paul Tollett, el promotor que fundó Coachella en 1999, se encontró con tremendo revés cuando Kendrick Lamar y Rihanna, dos de los artistas más codiciados de la industria musical, declinaron encabezar el festival en 2025.

Esta situación ha puesto de manifiesto los crecientes desafíos que enfrenta el evento, que en los últimos años ha luchado por mantener su estatus como el festival de música más grande de América del Norte.

¿Es Coachella rentable?

Para los expertos, el problema principal es que los artistas del máximo nivel pierden dinero con su participación en Coachella, El festival ofrece entre 8 y 12 millones de dólares por dos fines de semana de actuaciones, pero estrellas como Beyoncé y Taylor Swift pueden recaudar hasta 15 millones de dólares por noche en sus propias giras.

Por otro lado, los artistas deben pagar por sus presentaciones. Cubrir los costos de escenografía, pagarles a sus colaboradores cmo músicos, bailarines y más.

El festival, que en su apogeo recibió a más de 200 mil asistentes y generó ingresos superiores a los 100 millones de dólares anuales, se enfrenta ahora a la paradoja de ser víctima de su propio éxito.

La expectativa de ofrecer experiencias únicas y actuaciones exclusivas ha elevado el listón para Coachella, dificultando la tarea de satisfacer tanto a los puristas de la música como a la nueva generación de asistentes atraídos por la cultura de las redes sociales y los influencers.

La evolución de Coachella desde sus raíces en el rock y la música electrónica hacia una oferta más diversa que incluye hip-hop, pop y música latina, ha transformado la demografía de sus asistentes. Esta transformación ha llevado a la creación de espacios diseñados específicamente para fotos de Instagram y la contratación de un mayor número de artistas pop como cabezas de cartel.

A pesar de estos desafíos, Coachella sigue siendo uno de los eventos musicales más lucrativos del mundo. Tollett y su equipo están trabajando arduamente para asegurar un cartel que pueda restaurar el brillo del festival y mantener su relevancia en un panorama musical en constante cambio.

Mientras tanto, el festival hermano de Coachella, Stagecoach, enfocado en la música country, está experimentando un auge sin precedentes, con entradas agotadas con meses de anticipación para su próxima edición. Este contraste subraya la naturaleza cambiante de las preferencias musicales y los desafíos específicos que enfrenta Coachella en su segmento de mercado.

A medida que se acerca la fecha del festival, la industria musical y los fans esperan con anticipación ver cómo es que Coachella va a navegar estos desafíos y qué sorpresas tendrá reservadas para mantener su estatus como uno de los festivales de música más influyentes del mundo. La presión está sobre Tollett y su equipo para asegurar un cartel que no solo venda entradas, sino que también reafirme la posición del encuentro como evento cultural definitorio de nuestra era.