La historia de los hermanos Menéndez, condenados en 1996 por el asesinato de sus padres, ha tomado un giro crucial con el traslado de su caso de resentencia a la corte de Van Nuys en Los Ángeles, donde fueron juzgados hace casi tres décadas.

Actualmente, este proceso pasó a manos del juez Michael Jesic, conocido por su enfoque riguroso, lo que añade nuevos elementos a la decisión final sobre la posible reducción de sus sentencias de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. La decisión de otorgarles una nueva oportunidad, si bien se ha visto como una victoria parcial para sus partidarios, aún no está garantizada.

La posible modificación de su sentencia fue impulsada por una recomendación del Fiscal del Distrito, George Gascón, quien ha sugerido reducir su pena a "50 años a cadena perpetua", permitiendo que los hermanos puedan solicitar una audiencia de libertad condicional.

Esta propuesta se basa en la conducta ejemplar de los hermanos en prisión y en el contexto de abuso infantil que ambos afirman haber sufrido a manos de su padre, José Menéndez. Sin embargo, la idea de una posible liberación ha causado controversia, con algunos apoyando la oportunidad de que los hermanos rehagan sus vidas y otros oponiéndose rotundamente debido a la gravedad del crimen.

Los familiares: alzando la voz por una pronta liberación

La prima de los Menéndez, Anamaria Baralt, ha sido una voz activa en favor de su resentencia en las últimas semanas.

En un video reciente en TikTok, Baralt enfatizó que la recomendación del fiscal y el cambio de tribunal representan una oportunidad única para reexaminar el caso bajo una nueva luz. Además, Baralt hizo un llamado a agilizar el proceso debido al estado de salud de las hermanas de Kitty Menéndez, tías de Lyle y Erik, quienes han defendido la postura de que el abuso sufrido durante su infancia no se consideró adecuadamente en el juicio.

La posibilidad de una eventual libertad recae en nuevas manos

El traslado del caso a la corte de Van Nuys y su asignación al juez Jesic han intensificado la incertidumbre. Jesic, conocido por su mano dura en sentencias, será quien finalmente determine si se aprueba la recomendación de Gascón y se les permite a los hermanos Menéndez optar por una audiencia de libertad condicional en el futuro.

Nombrado al tribunal en 2008, Jessic es conocido por su amplia experiencia en casos de alta complejidad criminal, lo que ha influido en su reputación como un juez de "mano dura" en temas de justicia penal.

Nació en Belgrado, en la antigua Yugoslavia y emigró a los Estados Unidos siendo joven donde comenzó su carrera en el derecho penal como fiscal antes de unirse a la judicatura, donde ha trabajado en múltiples casos de alto perfil.

La última palabra sobre el futuro de Lyle y Erik ahora descansa en sus manos, un factor que añade una nueva capa de intriga a un caso que ha estado rodeado de controversias y ha capturado la atención pública durante más de tres décadas.

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