En un giro histórico, tres hijas de Malcolm X, junto con el patrimonio del histórico líder de los derechos civiles, presentaron una demanda de $100 millones en un tribunal federal de Manhattan. Acusan a la CIA, el FBI, el Departamento de Justicia y la Policía de Nueva York (NYPD) de estar involucrados en la conspiración que resultó en el asesinato de Malcolm X el 21 de febrero de 1965.

Durante una conferencia de prensa, el abogado Ben Crump, quien representa a la familia, destacó que la demanda busca exponer "los actos atroces cometidos por las autoridades de la época" y corregir "estos errores históricos". Según la querella, las agencias gubernamentales no solo tenían conocimiento previo del complot, sino que también colaboraron y facilitaron el asesinato al retirar la protección del líder activista.

Malcolm X, nacido como Malcolm Little en Omaha, Nebraska, y conocido también como El-Hajj Malik El-Shabazz, fue una figura clave en la lucha por los derechos civiles y la autodeterminación afroamericana en Estados Unidos.

Inicialmente miembro de la Nación del Islam, Malcolm X se convirtió en una voz poderosa que abogaba por la justicia racial y la resistencia frente a la opresión. Fue asesinado a los 39 años mientras hablaba frente a cientos de personas en el Audubon Ballroom en Manhattan.

La demanda sobre la muerte de Malcom X

La demanda afirma que días antes del asesinato, la NYPD arrestó al equipo de seguridad de Malcolm X, dejando desprotegido al activista. Además, agentes encubiertos presentes en el lugar no intervinieron para evitar su muerte. Los demandantes también argumentan que durante décadas las autoridades ocultaron información clave, como la identidad de informantes y agentes implicados, lo que impidió a la familia acceder a la verdad.

Este caso reaviva cuestionamientos sobre la condena inicial de tres hombres por el asesinato, de los cuales dos fueron exonerados en 2021 tras una nueva investigación que reveló irregularidades y pruebas ocultas.

La viuda de Malcolm X, Betty Shabazz, y sus descendientes han vivido con la incertidumbre durante casi seis décadas. Según la demanda, "el daño causado a la familia Shabazz es inimaginable, inmenso e irreparable".

Aunque las agencias involucradas aún no han respondido oficialmente a las acusaciones, esta demanda marca un paso significativo en la búsqueda de justicia por uno de los capítulos más oscuros en la historia de los derechos civiles en Estados Unidos.