Dos sacerdotes latinos están mostrando una verdadera vocación de servicio en Siria y, a pesar de que viven en una de las ciudades más peligrosas del mundo, se niegan a irse y se han comprometido a encarnar el espíritu de la Navidad en estos tiempos tan difíciles para sus feligreses.

Se trata de los curas argentinos Hugo Alaniz y Enrique González, quienes están acogiendo a los habitantes católicos de la ciudad de Alepo en los sótanos de su iglesia.

"Antes de 2011 (cuando comenzó la guerra civil) Siria era un país pujante, pero por la guerra más del 70% de las personas vive en la indigencia: es decir, se va a dormir con hambre. Hay gente que tuvo que salir a mendigar para sobrevivir, que perdió la dignidad... Y en este contexto se da el trabajo silencioso de la Iglesia católica, que con la ayuda de benefactores externos sostiene a la gente. Incluso, muchos musulmanes nos han dicho que si no fuera por la presencia de la Iglesia, hace muchos años se habrían muerto", dijo Alaniz en una entrevista con el diario argentino La Nación.

La situación empeoró en los últimos días ante el caos e incertidumbre generado por la caída el fin de semana del régimen de Bashar Al-Assad. La violencia, la escasez de alimentos y el miedo son el día a día.

Una misión importante

"Recién hoy algunos salieron de sus casas para tratar de conseguir algo de comida o medicinas. La gente tiene miedo, nadie sabe qué va a pasar y la incertidumbre es total", indicó.

"Yo acabo de repartir pan que conseguí en un horno", explicó. "Cuando me vieron con eso los vecinos llegaron en un segundo y en dos minutos había mil personas (...) acá, en Midan (donde está su iglesia), tenemos dos cocinas para darles de comer a 'nuestros viejitos', ancianos que se quedaron solos porque sus parientes se fueron por la guerra civil que comenzó en 2011", añadió.

A sus 55 años y con tres décadas viviendo en Medio Oriente —desde 2017 en Alepo—, el padre Alaniz, procedente del área de Junín, contó que están en contacto con la embajada argentina en Damasco, y que el embajador Sebastián Zavalla les ofreció ayuda para partir.

Sin embargo, su respuesta fue inequívoca. "Nosotros no nos vamos. Estamos como misioneros donde tenemos que estar y, más allá del miedo y la incertidumbre, al acercarse la Navidad tratamos de dar un mensaje de esperanza", destacó.

El régimen de Assad fue depuesto por grupos rebeldes liderados por extremistas islámicos, lo que ha incrementado la angustia de los residentes de Alepo, la ciudad más poblada de Siria y con una importante presencia de católicos, cristianos, musulmanes y sunitas.

Alaniz informó que hasta ahora no han recibido amenazas.

De hecho, reveló que poco después de la entrada de los rebeldes a la ciudad, "cuando estaba en auto me pararon, les dije que era un clérigo, estaba como siempre vestido de cura, me saludaron muy bien y seguí camino", relató.

"Desde una página Facebook en la que van dando a conocer sus directivas, los horarios de los toques de queda y demás, desde que tomaron la ciudad los islamistas avisaron que 'los hermanos cristianos' no teníamos que tener miedo, que no venían a por nosotros, que nosotros no somos el problema, sino que sus enemigos eran otros", agregó.

Los padres latinos misa en alepo siria
Sacerdotes católicos ofician una misa en su iglesia en Alepo, Siria. El padre Enrique González está en el centro. El padre Hugo Alaniz está a la derecha de la imagen con el cabello canoso. Cortesía