El chocolate es el rey indiscutible de San Valentín. Cada 14 de febrero, millones de parejas intercambian bombones como símbolo de amor. Esta costumbre tiene raíces profundas en la historia y la cultura.

Los mayas consideraban el cacao sagrado. Para ellos, el chocolate no era solo un alimento; era un regalo de los dioses. En sus bodas, los novios compartían una jícara de chocolate (recipiente precolombino hecho a partir del fruto del jícaro, que se utiliza para preparar, servir y compartir chocolate), simbolizando la unión de sus linajes.

Esta tradición llegó a Europa en el siglo XVII, donde el chocolate comenzó a ser visto como un manjar exclusivo. Pronto, se asoció con el romance y la seducción.

Chocolate
JULIEN DE ROSA / AFP) (Photo by JULIEN DE ROSA/AFP via Getty Images

En el siglo XIX, la empresa chocolatera Cadbury revolucionó el mercado al lanzar cajas de bombones decoradas. Su idea fue crear una edición especial para San Valentín en forma de corazón. Esto fue un éxito total y marcó el inicio de una tradición que perdura hasta nuestros días. Desde entonces, regalar chocolate en esta fecha se volvió una costumbre mundial.

El chocolate no solo es delicioso; también tiene componentes que nos hacen sentir bien

La teobromina, presente en el cacao, mejora la circulación y estimula el sistema nervioso central. Además, contiene feniletilamina, una sustancia que activa la liberación de dopamina y oxitocina en nuestro cerebro.

Historia del chocolate
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Estas hormonas están asociadas con la felicidad y el amor, lo que refuerza la idea de que el chocolate es un regalo perfecto para expresar sentimientos románticos.

Ferrero Rocher: Una historia de éxito italiano

Ferrero Rocher nació en 1982 en Alba, Italia, como parte del Grupo Ferrero, fundado por Pietro Ferrero en 1946. La historia de esta marca icónica comienza con una obsesión: encontrar el equilibrio perfecto entre cacao y avellanas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el chocolate escaseaba y se volvía caro. En este contexto, Pietro creó 'Giandujot', una pasta de chocolate con avellanas utilizando ingredientes locales. Este producto tuvo un éxito inmediato en su región.

Tras la muerte prematura de Pietro a los 50 años, su hijo Michele asumió el control del negocio familiar. Michele había sido educado desde niño en las artes del chocolate y rápidamente demostró su talento innovador al crear 'SuperCrema', una versión más suave y untar de Giandujot. Su visión era clara: convertir el chocolate premium en un placer cotidiano accesible para todas las familias italianas.

La estrategia de marketing de Michele fue revolucionaria. Implementó camiones de marca que recorrían Italia ofreciendo muestras gratuitas. También ubicó fábricas estratégicamente en mercados en crecimiento y expandió audazmente hacia Alemania después de la guerra. Esta combinación de calidad y accesibilidad catapultó a Ferrero a un éxito global.

En 1982, Michele lanzó Ferrero Rocher

Inspirado en sus visitas a Lourdes, Francia, este bombón tiene una estructura única: un centro de avellana entero rodeado por una capa de crema de avellana, cubierto con chocolate y envuelto en una oblea crujiente dorada. La presentación lujosa del producto lo convirtió rápidamente en un símbolo del regalo premium.

Ferrero Rocher se expandió rápidamente y hoy se vende en más de 140 países alrededor del mundo. Es líder mundial en su categoría gracias a su calidad excepcional y presentación distintiva.

El éxito de Ferrero Rocher va más allá del producto mismo

Es también un testimonio del legado empresarial que Michele Ferrero construyó a lo largo de los años. La compañía invirtió no solo en sus productos, sino también en sus trabajadores y comunidades locales. Esto creó un ecosistema de lealtad que garantizó la calidad constante del producto y protegió sus secretos comerciales.

Hoy, Ferrero es un imperio valorado en 44.500 millones de dólares y sigue siendo una empresa familiar fiel a sus principios originales: calidad e innovación constante.

Este San Valentín, millones de parejas expresarán su amor con Ferrero Rocher. Este bombón no solo representa un regalo; es parte de una tradición que ha perdurado durante siglos y que continúa evolucionando para adaptarse a las nuevas generaciones.

Así que este 14 de febrero, si quieres impresionar a tu pareja o simplemente disfrutar del placer del chocolate, no dudes en elegir Ferrero Rocher como tu opción favorita.