Un hito en la ciencia ocurrió la semana pasada cuando un hurón de patas negras, que fue originalmente clonado para evitar su extinción en 2021, diera a luz unas crías que son las primeras que viven de cualquier animal sometido al proceso de réplica.

La información fue confirmada por el Zoológico Nacional de Smithsonian y el Instituto de Biología de la Conservación de Estados Unidos, asegurando que la hurona Elizabeth Ann parió tres nuevos ejemplares, de los cuales uno falleció y los otros dos se encuentran bajo vigilancia médica pero en perfecto estado de salud.

"La clonación puede ayudar a abordar la diversidad genética significativa y las barreras de resistencia a las enfermedades para apoyar la conservación del hábitat y el restablecimiento de poblaciones adicionales en la naturaleza", explicó por su parte el Servicio de Pesca y Vida Silvestre.

En principio Elizabeth Ann fue creada partiendo de una célula de una hurona fallecida hace mucho tiempo para evitar que los hurones de patas negras se extinguieran, pero los investigadores no esperaban conseguir que se reprodujera y que además lo hiciera tan pronto, cuatro años después de su nacimiento.

La especie desató las alarmas para los años 80 cuando se creía desaparecida, pero para los años 2000 y luego del descubrimiento de una madriguera con varios ejemplares se conoció que la población de la especie se acercaba a los 300 ejemplares en todo el mundo, lo que llevó a los científicos a buscar alternativas como la clonación.

Parte de la razón por la que están en peligro de extinción se debe a su incapacidad de acoplarse a su entorno natural, lo que vuelve a los hurones potenciales víctimas de depredadores que buscan alimento.

¿Qué viene después?

Con un precedente de este tipo se abren cientos de puertas para el rescate y la conservación de algunas especies amenazadas, aunque todo dependerá de cómo vayan creciendo los ejemplares recién nacidos.

De acuerdo con las investigaciones iniciales, esto puede ser clave para evitar que animales como los osos polares, los osos panda, el tiburón ballena o el pez loro, desaparezcan para siempre siguiendo el camino de otras especies que reinaron en el pasado el tigre dientes de sable o el rinoceronte blanco.

Ahora el próximo paso de los científicos será revisar las células de los diferentes animales que se encuentran en el banco para ver cuáles son factibles de recrear, aunque todo dependerá de la logística y los costos de la operación.

La clonación es uno de los medios más costosos que existe para la preservación animal, pero pudiera convertirse con el paso del tiempo en una solución inmediata para los problemas del mundo animal.

Sin embargo, desde el nacimiento de la oveja Dolly, el primer animal en duplicarse en 1996, se pensaba que la ciencia avanzaría a pasos agigantados por esa rama pero casi 30 años después, posiblemente por el gasto excesivo que representa, han habido pocos avances al respecto.

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