¿Quién podría suceder al Papa Francisco tras su muerte? Los nombres que suenan en el Vaticano

Tras la muerte del Papa Francisco el 21 de abril de 2025, a los 88 años, crece la expectativa en torno a quién liderará la Iglesia Católica en su próxima etapa. Mientras los cardenales se preparan para el cónclave, estos son los nombres que más suenan entre los observadores vaticanos. Representan diversas visiones teológicas y orígenes regionales.

Pietro Parolin
País: Italia
Edad:70

Actual Secretario de Estado del Vaticano, Parolin es reconocido por su habilidad diplomática y su amplia experiencia en la administración eclesiástica. De orientación moderada, su capacidad para manejar relaciones internacionales lo convierte en uno de los candidatos más fuertes.

Matteo Zuppi
País: Italia
Edad:69

Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Miembro de la Comunidad de Sant'Egidio, se destaca por su compromiso con el diálogo interreligioso y la mediación en conflictos. Su estilo pastoral y su cercanía con la visión de Francisco lo posicionan como uno de los favoritos.

Luis Antonio Tagle
País: Filipinas
Edad:67

Prefecto del Dicasterio para la Evangelización y exarzobispo de Manila. Tagle es considerado una figura carismática y cercana al pueblo. Sus valores progresistas, centrados en la misericordia y la justicia social, le han valido el apodo del "Francisco asiático". Sería el primer Papa de Asia.

Péter Erdő
País: Hungría
Edad: 72

Arzobispo de Esztergom-Budapest, Erdő es un experto en derecho canónico y figura de referencia en Europa Central. Se le reconoce por haber defendido el legado del cardenal Mindszenty, símbolo de la resistencia contra el comunismo. Su perfil es más tradicionalista, pero con amplia experiencia institucional.

Peter Turkson
País: Ghana
Edad: 76

Expresidente del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Turkson es un moderado que combina sensibilidad social con capacidad diplomática. Ha sido una voz destacada en temas de justicia social y medioambiente. Si es elegido, sería el primer Papa negro y africano de la historia moderna.

Robert Sarah
País: Guinea
Edad: 79

Ex prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Sarah es conocido por sus posturas profundamente conservadoras. Su defensa de la liturgia tradicional y su crítica a ciertas reformas lo convierten en el candidato favorito de los sectores más ortodoxos de la Iglesia.

Raymond Burke
País: Estados Unidos
Edad: 76

Figura controvertida dentro del Vaticano, Burke ha sido uno de los críticos más visibles del pontificado de Francisco. Cercano a sectores conservadores de la Iglesia estadounidense y respaldado por figuras como Donald Trump, su elección marcaría un fuerte giro hacia el doctrinalismo tradicional.

Jean-Marc Aveline
País: Francia
Edad: 66

Arzobispo de Marsella, Aveline es un defensor del diálogo interreligioso y de los derechos sociales. Representa una línea progresista, con un estilo pastoral cercano a los valores del Papa Francisco. Su experiencia en contextos multiculturales lo posiciona como un posible puente entre mundos diversos.

Mario Grech
País: Malta
Edad: 68

Secretario general del Sínodo de los Obispos, Grech ha sido clave en promover una Iglesia más sinodal y participativa. Cercano a la visión reformista de Francisco, su enfoque inclusivo ha ganado atención entre quienes desean continuidad con el actual rumbo pastoral.

Pierbattista Pizzaballa
País: Italia
Edad: 60

Patriarca latino de Jerusalén, Pizzaballa aporta una visión única desde Medio Oriente. Su experiencia en relaciones interreligiosas y su manejo de contextos geopolíticos complejos lo convierten en una figura relevante con proyección internacional.

Aunque el cónclave aún no ha sido convocado, el debate sobre el futuro de la Iglesia Católica ya ha comenzado. Estos nombres, provenientes de contextos geográficos y doctrinales diversos, reflejan las tensiones actuales dentro del Vaticano: entre reforma y tradición, entre apertura al mundo moderno y defensa de la ortodoxia.

El próximo Papa podría marcar un nuevo rumbo para el catolicismo en el siglo XXI.