Francisco, el papa que desafió a Trump hasta el final: su legado migrante en tiempos de deportaciones masivas
Fue una voz profética que confrontó directamente las políticas migratorias de Estados Unidos

El papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025 a los 88 años, será recordado no solo como el primer pontífice latinoamericano, sino también como una voz profética que confrontó directamente las políticas migratorias del presidente Donald Trump, incluso durante su segundo mandato.
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Hasta sus últimos días, Francisco defendió con firmeza la dignidad de los migrantes, denunciando las deportaciones masivas y las narrativas que criminalizan a quienes buscan una vida mejor.
Un pontífice incómodo para la Casa Blanca
La relación entre Francisco y Trump estuvo marcada por tensiones desde el inicio. En 2016, el Papa criticó la propuesta de construir un muro en la frontera con México, afirmando que "una persona que piensa en construir muros, y no en construir puentes, no es cristiana". Trump respondió cuestionando la autoridad del pontífice para juzgar su fe.
Durante el segundo mandato de Trump, iniciado en enero de 2025, las tensiones se intensificaron. Francisco calificó de "desgracia" las deportaciones masivas, argumentando que "hace que los pobres desafortunados que no tienen nada paguen el precio" de los problemas en Estados Unidos.
Una carta contundente a los obispos estadounidenses
En febrero de 2025, Francisco envió una carta a los obispos de Estados Unidos, instándolos a defender a los migrantes y recordando que "Jesús fue un migrante que debió exiliarse junto a su familia a Egipto". Advirtió que no es correcto equiparar a un extranjero en situación irregular con un criminal y que las políticas migratorias basadas en la fuerza y no en la dignidad humana "terminarán mal".
El Papa también criticó el uso de la teología para justificar las deportaciones, en referencia a las declaraciones del vicepresidente JD Vance, quien defendió las medidas de Trump. Francisco enfatizó que el cristianismo exige la protección y la integración de los migrantes.
Un último gesto de compasión
Pocos días antes de su fallecimiento, Francisco recibió brevemente al vicepresidente Vance en el Vaticano. Aunque el encuentro fue protocolar, el Papa aprovechó para reafirmar su compromiso con los migrantes y obsequió a Vance una corbata con el escudo del Vaticano y tres huevos Kinder para sus hijos, un gesto que resumió su estilo pastoral: firme en principios, pero siempre humano.
Un legado que trasciende fronteras
Francisco será recordado como un líder espiritual que no temió confrontar al poder político en defensa de los más vulnerables. Su postura frente a las políticas migratorias de Trump dejó una huella profunda en la conciencia global, recordándonos que la compasión y la justicia deben guiar nuestras acciones.
En un mundo marcado por la polarización y el rechazo al extranjero, la voz de Francisco resonó como un llamado a la empatía y al respeto por la dignidad humana. Su legado continúa inspirando a quienes luchan por un mundo más justo e inclusivo.